Los signos y síntomas del herpes pueden ser tan leves que pasen desapercibidos o que no sean visibles o que los confundamos con otras infecciones. Al igual que en otras ETS, la sintomatología del herpes puede desaparecer en algunos periodos, pero no quiere decir que la infección desaparezca.
El síntoma más común es un picor en el pene, ano, vagina, vulva, cuello uterino o en el interior de los muslos. Este picor está provocado por un conjunto de ampollas dolorosas, denominadas brote, primer episodio o herpes inicial. Este episodio puede aparecer entre el segundo y vigésimo día tras contraer la infección o tardar años, y pueden rebrotar tras desaparecer (a medida que pasa el tiempo empiezan a desaparecer o a durar menos tiempo). En el caso de que estas revientes forman llagas.
En cuanto al resto de síntomas, los más destacados son:
- Dolor en la zona genital.
- Ardor al orinar, en el caso de que la orina toque las llagas provocadas por las ampollas.
- Dificultad para orinar, en el caso de que las llagas bloqueen la uretra.
- Pueden presentarse síntomas semejantes a los de una gripe (si es producido por el VHS-2).