Se transmite principalmente a través de la sangre y, en menor medida, a través del resto de fluidos corporales como la saliva, el semen y flujo vaginal. Los principales vínculos de transmisión son las agujas y las relaciones sexuales sin protección.
No obstante, no debe confundirse la transmisión de la hepatitis B con la hepatitis A. Esta última se contagia por vía fecal, es decir, que el virus se encuentra en las heces y deposiciones de las personas infectadas.