La eficacia de la píldora del día después sufre variaciones, las cuales dependen de el tiempo que se tarde en tomarse tras el sexo sin protección. La máxima eficacia, del 94%, se consigue durante las primeras 24 horas siguientes a la relación sexual, tras las cuales la eficacia disminuye progresivamente. De manera que entre las 25 y 48 horas la eficacia disminuye un 10% más, y entre las 49 y 72 horas siguientes la eficacia es de 58%.