viernes, 16 de noviembre de 2018

Caso clínico

En este caso, una paciente de 34 años, con un embarazo de 32 semanas, cursó con un aumento de peso normal, un indicio de diabetes gestacional y un episodio aislado de arritmia cardiaca leve, además se le realizó un ECG y resultó normal.

Su medico llevó a cabo los controles mensuales del embarazo sin alarmas.

El 7 de noviembre ingresa en urgencias por un episodio de cefalea severa junto palpaciones y ansiedad. Se le realizaron controles y la monitorización fetal y la ecografía obstétrica fueron normales.

Se inicia un tratamiento tras el cual los análisis fueron normales y la tensión se controló, por lo que se traspasa a una planta de hospitalización. Durante esta hospitalización presentó cifras tensionales alternas, entre 210/108 y 115/60, además de molestias por disnea, dolor en el tórax opresivo, temblores y diaforesis, náuseas y vómitos. Continua inestable y se traslada a la sala de partos donde se prepara para cesárea.

Tras 15h de su ingreso presenta una sensación de muerte y dificultad respiratoria, tras lo que entra en parada cardiorrespiratoria. Se inicia RCP durante 30 minutos y se estabiliza, por lo que se traslada al quirófano donde se practica la cesárea, obteniéndose un feto muerto. La paciente se traslada a la UCI donde se encuentra semiconsciente y donde se le realizan varias pruebas, llegando al diagnóstico de edema cerebral difuso. En las próximas horas entra de nuevo en parada cardiorrespiratoria y se inicia la maniobra de RCP, responde a la primera, pero tras la segunda se certifica el fallecimiento.