El preservativo consiste en un dispositivo de goma que actúa como una barrera física impidiendo que los espermatozoides entren en el útero y alcancen el óvulo, para prevenir de este modo la fertilización.
Este dispositivo debe ser colocado antes de cualquier tipo de contacto entre los genitales, para evitar así que secreciones preeyaculatorias, que pueden contener agentes infecciosos, se contagien a la otra persona.
En los últimos años han salido al mercado unos preservativos que presentaban espermicida. Este se trata de un producto químico cuya actuación en la vagina consiste en destruir a los espermatozoides evitando, de este modo, que lleguen al cérvix y avancen hasta el óvulo. No obstante, estudios recientes han indicado que ciertos espermicidas pueden presentar desventajas tales como no proteger contra algunas ETS o aumentar el riesgo de infección.